El
consistorio santapolero ha cedido a FACPYME, Federación Alicantina de
Comerciantes y Pequeñas y Medianas
Empresas, y a la Asociación
de Comerciantes de Santa Pola sus instalaciones de la OMIC , Oficina Municipal de
Información al Consumidor, donde se ha celebrado la primera reunión de la
institución desde que Antonio Sáez tomara la presidencia.
La edil de Comercio, Encarnación Mendiola,
ofreció esta estancia “para facilitar la política de trabajo conjunto entre
FACPYME y la Asociación
de Comerciantes de Santa Pola y, por ende, con el Ayuntamiento, dado que de
aquí saldrán propuestas y actuaciones interesantes”. Mendiola, en su labor de
anfitriona, brindó no sólo el lugar de reunión, sino que invitó a los
asistentes a degustar las bondades de la cocina santapolera de cada bar y
restaurante y de la Escuela
de Hostelería del Instituto Cap de l’Aljub.
Pepa Garri, presidenta de la Asociación de
Comerciantes de Santa Pola, se mostró satisfecha “porque FACPYME haya pensado
en Santa Pola para mantener esta primera reunión desde el cambio de directiva”
y agradeció la colaboración del Ayuntamiento.
Línea de trabajo con el Ayuntamiento
Antonio
Sáez, presidente entrante de FACPYME, señaló que la línea de trabajo con el
consistorio la coordinará Pepa Garri, “dado que es el enlace entre Ayuntamiento
y Federación y una gran conocedora de la realidad comercial, hostelera y
restauradora de la localidad”.
Puntos a tratar
La
reunión trató asuntos como la dación de cuenta de la gestión del primer mes de
trabajo desde el cambio en la directiva. Además se perfiló el sistema y
metodología de trabajo a seguir para conseguir la prioridad de Sáez: “Atender a
los asociados para cubrir sus necesidades y proporcionarles los servicios de
los que ellos no pueden encargarse. En definitiva, defender al pequeño comercio
y a las pequeñas y medianas empresas”.
Se trata pues, como describía el
presidente de FACPYME de “un nuevo rumbo pero con un mismo objetivo, el de
servir a las PYMEs”. Para ello ya se tienen sobre la mesa varios proyectos en
conjunción con las diferentes Administraciones Públicas, “centrados en los
municipios más pequeños”.
La lucha contra la competencia desleal
Según
Antonio Sáez, el reto más destacado al que se enfrenta la federación que
preside es la lucha contra la competencia desleal. La Federación se opone a
la construcción del macrocentro comercial en Rabassa, que acompañará a IKEA. Para
ello, ya se han reunido con los grupos de la oposición del Ayuntamiento de
Alicante, con diversas asociaciones y medios de comunicación.
Sus argumentos son tajantes: “este
centro creará una importante desestabilización comercial dentro de la provincia
debido a la migración de consumidores del pequeño comercio al macrocentro, con
el consecuente incremento del paro dentro de las PYMEs”. De hecho, señala que
en Francia “no quieren estos macrocentros y parece ser que en España tenemos
que ser los Quijotes de Europa y admitir este tipo de centros que lo único que
buscan es la especulación urbanística”.
La segunda principal razón que
esgrime Sáez es precisamente la de la especulación urbanística y lo apoya con
datos: “Por lo general, entre un 40 y un 45 por ciento de los establecimientos
de los centros comerciales están cerrados, por lo tanto, no se trata de crear
trabajo y dinamizar el comercio, sino que el negocio es puramente inmobiliario”.
De esta manera, con Santa Pola como
marco, se relanza una estrecha colaboración entre Ayuntamiento,FACPYME y
Asociación de Comerciantes de Santa Pola.