El Ayuntamiento dedica un parque al músico santapolero Antonio Espinosa Bonmatí

jueves, 28 de febrero de 2013



El Ayuntamiento de Santa Pola ha dedicado a Antonio Espinosa el parque recientemente creado en la calle Logroño por los alumnos de la Escuela Taller y del Taller de Empleo, y que llevará el nombre de este prestigioso músico que paseó el nombre de Santa Pola por el mundo y que fue fundador de la Coral Levantina.




En la tarde de ayer se inauguró oficialmente el nuevo parque con la presencia de las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Miguel Zaragoza, representantes de colectivos culturales, vecinos y los familiares y amigos del homenajeado. Se trata de un área de esparcimiento creada en una parcela municipal ubicada junto al gimnasio Silvia Martínez en una zona residencial al norte del casco urbano y rodeado de tres centros escolares.
El pleno de la corporación municipal, en su sesión del 20 de diciembre de 2012, ante la trayectoria como músico local y en agradecimiento a su inestimable aportación a la cultura y las tradiciones del pueblo de Santa Pola, acordó por unanimidad denominar a este parque de nueva creación “Parque del músico santapolero Antonio Espinosa Bonmatí”.

Biografía 

Antonio Espinosa Bonmatí, hijo del tío Pepe Lorito, nació en Santa Pola el 12 de diciembre de 1938 en el seno de una familia con cinco hijos marcada por dos circunstancias: el pan como negocio familiar y la música como pasión de todos sus miembros.
Su padre y sus hermanos tocaban en la histórica banda Santa Cecilia y su bautismo musical fue muy precoz: a los 3 años le hicieron el uniforme y ya tocaba el triángulo. Su primer maestro a los 6 años fue Antonio “el Sestellero”, más tarde comenzó a dar clases de piano con Matilde Quislant, y luego continuó en Alicante en piano con D. José María Moreno y en trompeta con D. José Gallardo. Incluso tuvo la oportunidad de ir a Madrid para perfeccionar sus estudios musicales.
En la banda municipal destacó tocando la trompeta y apuntaba maneras de buen músico, compaginándolo con su trabajo en la panadería familiar. Siendo todavía bastante joven fundó junto a unos amigos la orquesta “Los Hotman" para amenizar las veladas en el restaurante Batiste cuando aún no había alcanzado su prestigio, o en la terraza del inolvidable Casino.
Su vida dio un giro el día que vinieron dos amigos de Guardamar a proponerle que se fuera a Madrid con ellos a tocar en la orquesta de Joe Lozan, donde pasó dos años creándose un buen nombre. Sus tres hermanos, grandes músicos también, andaban por aquella época, a principios de los años 60, tocando en Bagdad y abriéndose un camino en el mundo del espectáculo.
En 1962 se decidieron a formar la orquesta “Los Seis de España”, formada por los cuatro hermanos Espinosa: Francisco al piano, Pepe con los saxofones, Rafael a la trompeta, Antonio al piano y como cantante. Además de los guardamarencos Jesús al contrabajo y Tono a la batería.
“Los Seis de España” tuvieron una carrera de vino y rosas, un gran éxito por tierras de Oriente Medio en una orquesta muy familiar, en la que cada componente llevaba tras de sí esposa e hijos.
Su primer contrato les llevó a actuar a Chipre, donde estuvieron 9 meses triunfando en las noches de Nicosia. De ahí volaron a Teherán, Beirut, Kuwait… Recuerda Antonio que el día que tenían que volar de Teherán a Beirut para comenzar una nueva etapa cenaron en el aeropuerto con una orquesta italiana famosa. Estando a punto de subir al avión, su representante les dijo que no se podían ir de ninguna manera porque ellos gustaban más que la orquesta que les sustituía en Teherán, así que se quedaron seis meses más en la capital persa.
Tanta popularidad alcanzaron que en Beirut una pareja de baile español les esperó durante seis meses para poder debutar con ellos. Fueron seis intensos años de gira maravillosa por esos países actuando en los mejores locales, tocando incluso en la televisión. Antonio complementaba las actuaciones con “Los Seis de España” haciendo arreglos musicales para otros artistas.
Ya de vuelta a España, la orquesta pasó un tiempo en Madrid y emprendió una larga gira por diversas ciudades de España, hasta que su padre decidió montar el hotel Espinosa en la esquina de las calles San Antonio y Santa Isabel, de modo que los hermanos Espinosa se volvieron a afincar en Santa Pola a finales de los años 60.
A pesar de que la actividad principal de Antonio pasó a los fogones, entre guiso y guiso compuso algunas de sus piezas más recordadas, como “Noches de Santa Pola” o “Yo no soy de La Habana”.
En 1974 fundó la Coral Levantina de Santa Pola, según él por culpa de José Alfosea, que estando ellos en Teherán les mandó la plegaria dedicada a la virgen y también compuso un pasodoble titulado “Los Seis de España”. Recuerda Antonio que en el primer concierto de la Coral en el Castillo interpretaron tres canciones: la Plegaria a la Virgen de Loreto, Churumbelerías y el Motete del Maestro Quislant.
Ese mismo año del debut dieron un concierto en la Glorieta el día de Navidad y, al acabar, el entonces alcalde Tomás Buades se acercó a felicitar a Antonio diciéndole: “Xiquet, tot astó qui ho paga?” “Mosatros”, contestó él. “Pos demà me pases la factura a l’Ajuntament”.
Tras dejar el hotel, Antonio se centró en su propio restaurante y en la enseñanza musical, de la que ha sido y sigue siendo reconocido Maestro. Su última gran obra es la creación del Coro Infantil, que se fundó en 2011 y cuenta ahora con 18 niñas con voces angelicales.
Antonio Espinosa está casado con Ligoria Ferrández Campello desde el año 1962, justo antes de irse de gira con “Los Seis de España”. Acaban de cumplir 50 años de feliz matrimonio y por ello fueron homenajeados el pasado 14 de febrero en la Casa de la Cultura junto con otras 19 parejas de Santa Pola.
Antonio y Ligoria tienen dos hijos, el mayor José Emilio que nació en Nicosia en plena gira, y que trabaja en Castellón, y el menor Antonio, que nació en Castellón y ahora está trabajando en Costa Rica, quizá por ser heredero de esa vocación de sus padres por recorrer mundo. La pareja tiene cinco nietos y un biznieto, más otro que viene de camino.
Hoy inauguramos este parque con el nombre de Antonio Espinosa Bonmatí, y en la placa aparece una frase corta pero muy significativa que define perfectamente su trayectoria: “músico santapolero”. Aunque no fue premeditado, da la casualidad de que, para llegar desde el centro de Santa Pola hasta el parque de Antonio Espinosa, obligatoriamente debemos subir por la calle del Maestro Alfosea. Una feliz coincidencia que une más si cabe a dos de los más grandes músicos santapoleros de nuestra historia.