El
pasado 11 de febrero, el director general de Obras Públicas, Vicente
Dómine, acompañado de uno de los técnicos de la Generalitat,
visitó in situ
el tramo de entrada a Santa Pola de la carretera de Elche-Santa Pola
hasta la rotonda de Celestino y María. Para mostrarle el estado de
la infraestructura, estuvo acompañado del alcalde de la localidad,
Miguel Zaragoza; la edil de Infraestructuras, Loreto Serrano; y el
concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Pérez Huerta.
Durante
la visita a esta parte de la localidad, que se hizo a pie, los dos
concejales y el primer edil explicaron a Dómine los problemas
existentes en este tramo, sobre todo en materia de aguas pluviales,
de irregularidades en el firme y de superación del límite de
velocidad, con el consiguiente peligro que conlleva.
Fruto
de esa visita y “gracias a las gestiones y negociación realizadas
de forma personal por Miguel Zaragoza, alcalde de Santa Pola, se ha
conseguido que la Conselleria de Infraestructuras se haga cargo de la
importante obra de arreglo y mejora de la carretera de Elche”.
Concretamente,
el tramo que se verá afectado es el que corresponde al comprendido
entre la rotonda de Celestino y María hasta la gasolinera. Explicaba
la responsable del área que la financiación, así como medios
humanos y técnicos, corresponderán al cien por cien a la
Conselleria.
Pero
no solamente se asfaltará el tramo mencionado, “sino que se
realizará una actuación prácticamente integral”. En primer
lugar, se ha contemplado la creación de tres isletas centrales, de
unos 18 metros de largo, las cuales darán más seguridad a los
peatones, “puesto que supondrán una zona de paso”. En segundo
lugar, no sólo se asfaltará, también se actuará, explicaba
Serrano, “para minimizar el problema de la acumulación de aguas
con un nuevo asfaltado”.
Entre
las isletas habrá una medianera señalizada con pintura vial,
formada por bolardos, y acompañada de señalización vertical y
horizontal homologada en cumplimiento de la normativa vigente al
respecto. “Se trata de una actuación parecida a la ya realizada en
la Avenida Pérez Ojeda, pero más ambiciosa”.
Preguntada
acerca del porqué de esta actuación, aseguraba la edil que
“pretendemos, sin disminuir el tamaño de los carriles, solucionar
el problema de un asfaltado que se encontraba muy deteriorado, además
de bajar la velocidad a la que circulaban los vehículos, más dotar
de mayor seguridad al peatón”.
En
este sentido, Pérez Huerta abundaba en la idea de que “se ha
conseguido un proyecto que vela por la seguridad del peatón gracias
a los pasos habilitados y a la bajada de velocidad de los vehículos,
por lo que se conseguirá una zona más accesible para los viandantes
en respuesta a las demandas ciudadanas”.
Las
obras, que se iniciaron el lunes, son fruto de un trabajo constante
del Equipo de Gobierno y que, finalmente, serán acometidas por la
Consellería de Infraestructuras, concretamente por su área de
Carreteras.
A
este respecto, Serrano señaló que Miguel Zaragoza ha negociado una
segunda fase “en la que se contempla la mejora de los accesos
peatonales a la vereda que trascurre en dirección a la zona
deportiva (Xiprerets y Skate Park). Accesos que se encuentran a ambos
lados del puente”. De momento, aclaraba, no está prevista la fecha
de inicio.
Esta
obra, inicialmente, estaba financiada por Diputación, dentro de una
subvención de 180.000 euros. Por lo tanto se liberan 57.000 para
destinarlos a la Calle Calamar, Pablo Iglesias, carretera de Alicante
hasta la Rotonda de Barcelona, y asfaltado de un tramo de la Calle
Murcia, que se iniciará desde la Calle Valencia.
El
Equipo de Gobierno pide disculpas por adelantado a vecinos y
visitantes por las posibles molestias, “pero es un pequeño precio
a pagar por contar con las mejores infraestructuras”, asegura la
edil de Infraestructuras.