Ayer tuvo
lugar la inauguración de la exposición “La Mirada Femenina.
7 pintoras de Santa Pola” en la sala de exposiciones del Castillo-Fortaleza con
un gran éxito de público. Las siete pintoras, María Asunción Aldeguer, Isabel
Teruel, Rita y Fineta Sevilla, José Loreto Molina, Carmen Cabezas y Menchu Ruiz,
sorprendieron a los asistentes con sus variadas técnicas pictóricas e
imaginación plasmados en pintura, que permanecerán hasta el 16 de febrero en la
sala del Castillo.
La cordobesa Carmen Cabezas lleva más de cuarenta años en
Santa Pola y en sus pinturas se ve una clara mezcla entre lo andaluz, con
bellos cuadros de la Mezquita
de Córdoba, y lo mediterráneo con escenas marítimas de Santa Pola. Lleva varios
años pintando y estos días expone una mezcla de toda su creación artística.
Lo de la pintura le vino porque “llevaba toda mi vida
trabajando y me apetecía ocupar mi tiempo y hacer otras cosas porque me gusta
todo lo artístico y lo manual”. Como el resto de sus compañeras, acude a los
cursos de pintura cada martes y jueves, donde se ayudan unas a otras y donde
“todas somos adolescentes cuando estamos allí” porque se divierten mucho.
Carmen no vende sus cuadros. “Les tengo mucho cariño. Mi
pasillo parece un museo”, confiesa. Fineta Sevilla, otra de las artistas
coincide: “no los vendo porque estos cuadros son mis hijos”
Sevilla pinta diversas temáticas, desde el paisaje hasta
pinturas de corte oriental, que fueron encargo expreso de su hija. Su material
favorito es el óleo porque “saca mejor color” aunque haya otras técnicas más
fáciles de manejar, algo que conoce bien porque lleva ya once años pintando.
La veteranía también es el caso de Isabel Teruel, con diez
años de pintura a sus espaldas. Ha vivido 35 años en Villena, de hecho uno de
sus cuadros es el Tesoro de Villena. Tras la jubilación vino a vivir a Santa
Pola. Además de lo expuesto, tiene más de cincuenta obras en su haber. La
temática la tiene muy clara: “El bodegón me gusta mucho pero ahora mismo estoy
en una etapa de pintar retratos porque son lo que me supone un reto personal”.
En cuanto a su estilo, se define como realista.
Rita Sevilla también prefiere “pintar personas porque tienen
mucha expresividad” y confiesa que lo primero que pinta es la cara. Rita
utiliza el acrílico porque de esta forma termina un cuadro en dos o tres días.
En su serie destaca el color: “me gusta lo vivo”, afirma.
Y la nada mejor que los tiernos infantes para ilustrar la
viveza de la vida. Su serie “La llegada de mi hermanito” muestra “la pelusilla
que sienten los críos cuando un hermano llega al mundo y les arrebata el
trono”.