Los trabajos de reordenación del tramo inicial de la avenida Vicente Blasco Ibáñez mejorarán sustancialmente la calidad de vida de los vecinos de la zona y de los viandantes que descubrirán, una vez se culminen a finales de marzo, unas aceras amplias y cómodas, mejor luminosidad, mayor accesibilidad y seguridad vial, y el primer paso para solucionar el histórico problema de encharcamiento de agua de lluvia que se culminará definitivamente con las obras de la avenida de Granada.
El alcalde Miguel Zaragoza y la concejala de Infraestructuras, Loreto Serrano, visitaron recientemente la obra que con un presupuesto de 781.799 euros financia el Plan Confianza de la Generalitat Valenciana, a través de la Consellería de Infraestructuras. La avenida, en su tramo inicial entre la plaza del Dr. Fleming y la avenida de Valencia, presentaba aceras de reducida anchura, zonas de aparcamiento a ambos lados de la calzada y un solo carril de circulación con una anchura excesiva, produciéndose estacionamientos en doble fila que solían interferir en el tráfico.
Por otra parte, existían problemas con el arbolado situado en las aceras por su tamaño y frondosidad, así como el daño que las raíces provocaban en las infraestructuras. Se instalarán nuevas farolas con iluminación a dos niveles, para el tráfico rodado y para el peatón, a una altura más cercana. También se daban con frecuencia problemas de encharcamiento de aguas pluviales por la falta de pendiente en algunos tramos.
Según el alcalde, “con esta actuación se conseguirá dos amplias aceras en las que se instalará nuevo mobiliario urbano y se plantarán nuevos árboles que permitirán una mayor luminosidad en la zona y evitarán molestias a los vecinos, se mantiene el mismo número de plazas de aparcamiento y reducimos el vial a 3,50 metros. Los pasos de peatones estarán al mismo nivel de las aceras para favorecer la movilidad de los viandantes y conseguiremos aminorar la velocidad del tráfico”.
En total se están construyendo 2.105 m2 de aceras con un pavimento flotante de adoquines que se podrán retirar con facilidad en previsión de futuras reparaciones, lo que supondrá un considerable ahorro. Asimismo se plantarán 90 árboles y se instalarán ocho farolas con doble nivel.
Miguel Zaragoza destacó que “empezamos a dar solución a los históricos charcos de agua de lluvia en esta zona, aunque el problema no estará definitivamente olvidado hasta que se ejecuten las obras de la avenida de Granada”. Así, el primer edil explicó que “se han hecho de forma provisional dos aliviaderos en las calles privadas para que no se estanque el agua, pero la solución definitiva no será realidad hasta que se lleven a cabo las obras de recogida de pluviales que contempla la avenida de Granada, lo que cerrará por fin un problema histórico de Santa Pola”.