La
seguridad es un aspecto capital en la política municipal y, por ello, durante
esta semana se ha realizado un simulacro de evacuación en el instituto Cap de
l’Aljub en el que han participado 20 grupos de ESO y Bachillerato y once ciclos
de PCPI, en total, unos 500 jóvenes y una prueba de evacuación en el IES Santa
Pola, que implicó a 650 alumnos a través de tres puertas de salida.
Una de las finalidades de estas actuaciones, según el
concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Pérez Huerta, es “organizar,
coordinador y protocolizar para que la seguridad de alumnos y profesores sea
efectiva, dado que es un asunto prioritario”. El simulacro del IES Cap de
l’Aljub se realizó bajo la supervisión de once monitores, entre ellos el jefe
de planta y en la prueba de evacuación del IES Santa Pola participaron tres
componentes de Protección Civil de Santa Pola.
Ante la activación de la alarma, automáticamente
se ponen en alerta y se personan en el centro los Bomberos, Protección Civil y
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El objetivo principal de esta acción,
según Pérez Huerta, es que “en caso de emergencia, sea ésta cual sea, el tiempo
de evacuación sea el mejor posible. Para ello, se ha tenido en cuenta el
protocolo necesario para que las evacuaciones se realicen en las mejores
condiciones evitando todos los peligros potenciales y posibles riesgos”. Para
ello, y con el objeto añadido de mejorar el Plan de Evacuación, Protección
Civil y Policía Local pasarán un informe de evaluación a los centros con las
pertinentes mejoras en seguridad.
Reducir el tiempo de evacuación
El
modo de hacer realidad este objetivo es minimizar el tiempo de evacuación,
siendo el óptimo un máximo tres minutos. En esta simulación el tiempo total fue
de cuatro minutos treinta segundos. Al respecto Pérez Huerta reconoce: “Nos
hemos distanciado un poquito del tiempo ideal, pero estamos contentos. La
finalidad se va a conseguir porque todos los profesores y jefes de planta saben
lo que tienen que hacer y dónde tienen que estar”.
Para reducir este intervalo, Pérez Huerta recomienda
a los centros que “estos simulacros se repitan tantas veces como sea necesario
hasta que se logre la evacuación en tres minutos”. Los centros educativos de la
localidad suelen realizar uno cada trimestre, “donde se evalúa si el profesor
ha dado las instrucciones de manera correcta para disminuir el tiempo de desocupación
del centro”.
Dado que las circunstancias
psicológicas cambian cuando se trata de una emergencia real respecto a un
simulacro, “se realizarán simulaciones de evacuación por sorpresa en otros
centros, dado que es más real”, adelanta Pérez Huerta.
Procedimiento y recomendaciones
En
pro de la seguridad, el edil del área recomienda que cada responsable de grupo
cuente los niños de su aula para poder saber si posteriormente falta alguno.
También es imprescindible tener claro cuál es el punto de encuentro y, una vez
ahí, saber dónde hay que ubicar a cada curso. De la misma manera, para llevar
un control exhaustivo, los jefes de planta deben ser los últimos en
abandonarla, evitar que suban personas y supervisar que ningún niño se ha
escondido por temor.
Uno de los caballos de batalla en
estos simulacros es la organización de los alumnos: “Debe hacerse de manera
ordenada, en fila y pegados a la pared y no en masa como a veces sucede”,
recuerda Pérez Huerta.